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Gato montés 1971

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Trolo
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MensajeTema: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptySáb Feb 07, 2009 5:54 pm

GATO MONTÉS, INGENIO MADE IN SPAIN

Durante el Salón del Automóvil de Barcelona del año 1.971 la empresa Artés de Arcos presentó un sorprendente todoterreno anfibio y con tracción 6x6 bautizado con el campero nombre de “Gato Montés”, en lo que representa una de las páginas menos conocidas de la historia automovilística española.

Texto: Francisco Díaz / Antonio Palacín. Fotos: Fira de Barcelona / Artés de Arcos / Antonio Palacín / Otras fuentes

El protagonista de esta historia es Don Jesús Artés de Arcos, nacido en Barcelona en 1.933. Tras estudiar ingeniería industrial en la Universidad de Barcelona vivió varios años en Alemania, desarrollando maquinaria de metalización por vacío para la producción de tejidos en la firma Heraeus.

De vuelta a España se centró en el desarrollo de las empresas familiares, en gran medida dedicadas al sector de componentes para automoción, siendo una de sus primeras ocupaciones la instalación de la fábrica de Artes – Jaeger, en asociación con la conocida firma francesa de instrumentación, que pronto copó la mayor parte del mercado nacional de este segmento.

Posteriormente instaló en Jaén la firma P.A.S.A., asociada con la también francesa Cibié. Algunos años después trabajó para el grupo March, ideando un sistema de construcción modular de naves que le permitió trabajar en África y el Medio Oriente, y que posteriormente desarrolló para la construcción de viviendas, plasmadas en varias promociones de apartamentos en la costa de Almería. Aún en activo desarrolló un sistema para el envasado de agua mineral en Alhama de Almería. Inventor incansable tiene registradas más de 100 patentes en campos tan dispares como la automoción, los mecanismos eléctricos, el armamento y los sistemas de construcción.

A mediados de los 60 la incansable inventiva de Jesús Artés de Arcos le llevó a desarrollar como actividad accesoria a la de sus fábricas de componentes distintos tipos de vehículos, centrándose en un principio en modelos de alta movilidad sobre cualquier tipo de terreno. Tras un primer prototipo de 6x6 equipado con ruedas de tractor, su amistad con Paco Bultó le llevó a viajar a USA, al objeto de ayudarle a comercializar sus motocicletas en aquel país. En el transcurso de estas gestiones D. Jesús entró en contacto con la conocida firma Borg Warner, dedicada a la producción de sistemas de transmisión. El interés de la firma estadounidense por sus trabajos hizo que finalmente permaneciera más tiempo del previsto en Estados Unidos. El proyecto recibió un gran impulso cuando se vio la posibilidad de vender una partida de todoterrenos anfibios al ejército de aquel país, enfangado por aquel entonces en la guerra de Vietnam.


El Gato Montés

El vehículo que más tarde se conocería como Gato Montés, era una idea realmente revolucionaria para su época: sobre una pequeña carrocería de fibra de vidrio con forma de bañera de apenas dos metros de largo, se instalaba un motor bicilíndrico, en principio de la firma Sachs, y un sistema de transmisión diseñado por Jesús Artes de Arcos y fabricado por la propia Borg Warner, que a partir del primario de la caja de cambios, y por medio de pequeños árboles de transmisión, convierte al vehículo en un 6x6.

El manejo del Gato seguía el mismo sistema de los vehículos oruga, con dos palancas principales que al ser manipuladas hacia delante hacían moverse las ruedas de cada lado y frenaban hacia atrás, pudiéndose hacer ambas operaciones de manera independiente para cada lado de ruedas, de forma que prácticamente era capaz de girar sobre sí mismo, lo que le confería una espectacular maniobrabilidad. Además disponía de cambio manual, aunque para cambiar era necesario soltar las palancas. Los problemas de juventud de las primeras unidades llevaron a buscar una nueva motorización, y para ello se eligió el archiconocido Citroën bicilíndrico inmortalizado por el 2 CV y sus derivados, con una cilindrada por aquel entonces de 602 c.c., y equipado con un embrague centrífugo que se adaptaba perfectamente a las cualidades del vehículo. No disponía de ningún tipo de suspensión. De hecho, eran las propias ruedas con una presión muy baja de tan sólo 0,25 kg/cm, las que hacían esa función y las que, además, le proporcionaban una elevada capacidad de tracción.

La forma de bañera del casco le permitía optar a la condición de anfibio, y también las propias ruedas se encargaban de propulsar el vehículo en el agua, eso sí, a una velocidad máxima de cuatro o cinco kilómetros/hora. La baja carrocería no lo hacía recomendable para navegar en aguas bravas; sin embargo, era suficiente para superar ríos y lagos de aguas tranquilas. Con tan sólo 250 kg de peso en vacío sus cualidades como todoterreno eran realmente sorprendentes, aunque uno de sus problemas era la pequeña altura libre al suelo, que hacía necesario tener mucho cuidado con las trayectorias en terrenos pedregosos, ya que aunque los bajos estaban bien protegidos y eran resistentes, el vehículo podía quedar fácilmente enganchado. Y como decía la publicidad de la época “Cuando el camino se acaba... allí está el Gato Montés”.

En el Salón del Automóvil de Barcelona de 1.971 el Gato Montés fue presentado en sociedad, con un precio de salida de 110.000 pts y opciones como una cabina cerrada en fibra de vidrio o un remolque para transportarlo. Se estima que en España se produjeron en total unas 200 unidades, con transmisiones llegadas desde los Estados Unidos, aunque pronto se otorgaron licencias para fabricarlo en el extranjero. Así, lo fabricaron Borg Warner como Amphicat en Canadá, y Massey Fergusson en Francia como Wild Cat.

Además del Gato Montés y sus derivados producidos fuera de España, Jesús Artés de Arcos diseñó el llamado “Gato Araña” un proyecto de vehículo lunar que no pasó de la fase de prototipo, con sus sorprendentes ruedas triples, aunque parece ser que pocos años después la NASA se inspiró en este proyecto para su “jeep lunar”, un triciclo con tres grandes ruedas de balón apto para circular por la arena y que puede considerarse precursor de los trikes y los actuales quads, motos de nieve, fórmulas de competición, buggys playeros, etc...
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Trolo
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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptySáb Feb 07, 2009 5:55 pm

Autor: Javier Forcano (AUTOPISTA nº 646, junio 1971)

Tuve un momento de duda, pero de nuevo seguí apretando fuerte la pequeña palanca de la derecha. Delante de mí, el mar Mediterráneo me esperaba, creo que con una cierta esperanza de que tuviese que nadar en él. Rápidamente, las ruedas empezaron a perder contacto con el suelo y a transformar al Gato Montés en una extraña embarcación que, levantando espuma por los lados, se desplazaba como los antiguos barcos de ruedas. Era la prueba que me faltaba para comprobar las alabanzas que de él me había hecho su constructor. Aquella extraña «tortuga», que se conducía como un carro de combate, me había llevado desde la rocosa montaña hasta el mar.

La historia del Gato empezó hace bastante tiempo, cuando Jesús y Gabriel Artés, llevados por su afición, decidieron que en un rincón de una de sus fábricas de accesorios también se podía hacer algún experimento sobre cuatro ruedas, con realidades demostradas año tras año. Fue el año pasado cuando, en un «stand» de grandes dimensiones, apareció una línea completa de vehículos dedicados para la práctica del «fuera carretera». Entre ellos -había desde una motocicleta con enormes ruedas balón hasta el clásico «buggie» -destacaba, por sus posibilidades prácticas, el Amphicat, una «bañera» con tres ruedas a cada lado, propulsada por un pequeño motor industrial. Ahora, el Gato Montés, totalmente transformado y mejorado, sucede a aquel Amphicat que sirvió a manera de semilla.

Un gran acierto

Si lo básico no ha sido cambiado en nada, es decir, la forma y el concepto lo auxiliar es totalmente nuevo. Una idea puede ser excelente, pero a la hora de llevarla a la práctica no puede expresarse totalmente, por culpa de fallos en elementos auxiliares. Ahora que el Gato Montés se fabrica en serie y con destino al mercado mundial, no podía ser un juguete lleno de dificultades y problemas.

En efecto, el mercado principal de éstos es la exportación a países de gran poder adquisitivo. En España se pueden vender cantidades interesantes, pero siempre muy interiores a lo que naciones como Estados Unidos, Canadá, Francia, etcétera, pueden absorber. En estas naciones avanzadas, el deseo de aventura, la necesidad de diversión, los deseos de llegar a conocer la Naturaleza a fondo, han hecho que la demanda de vehículos para la práctica del todo terreno sea importantísima. Al igual que ha pasado con nuestra industria motociclista, España también puede ser un buen proveedor de estos verdaderos ingenios de lujo.

La mejora fundamental introducida en el Gato Montés, con respecto a los prototipos anteriores, es la adopción de un motor Citroën 3 CV. completo, con su embrague y cambio. La versión anterior, con el motor separado de la caja de engranajes, presentaba problemas de falta de compacidad roturas de transmisión primaria...; el motor Citroën está super probado en todo tipo de condiciones y hace funcionar magníficamente al Gato.

A la salida de la caja de cambios, dos ejes -uno por cada lado- pasan el movimiento a sus respectivas cadenas. Por medio de estas últimas, los dos juegos de tres ruedas toman movimiento. Es similar a lo que pasa en un carro de combate o en un tractor oruga. El conjunto del motor va sobre un pequeño bastidor, el cual está unido, a su vez, a la carrocería. Esta última es completamente estanca y construida en plástico. La comparación más gráfica es la de que se parece a una bañera. Los agujeros por los que pasan los ejes de las ruedas llevan sus correspondientes retenes, que impiden la entrada de agua.

Los enormes neumáticos -se hinchan a tan sólo 0,250 kg/cm2 - confieren al coche un aspecto agresivo y simpático.

La conducción se efectúa de manera muy simple, por medio de las dos palancas, que encuentra ante sí el usuario. Equipo completo de luces forma parte del equipo de serie, mientras que la capota rígida, la calefacción, el gancho para remolcar y la plataforma de trasporte son opcionales.

En España, el Gato Montés cuesta alrededor de las 110.000 pesetas cifra que puede ser considerado como elevada para el cliente medio español, pero que es extremadamente interesante en los mercados extranjeros.

Dos palancas

El Gato carece de puertas, naturalmente. Dada su poca altura, la entrada en él es sumamente fácil para todas las personas. Una vez en su interior se tiene la sensación de estar en un sillón con ruedas. Su capacidad de transporte es para dos personas cómodamente sentadas, pero en la parte trasera hay lugar para una o dos más, o bien para el material que se transporte.

El motor se encuentra debajo de los asientos y produce el sonido típico de los Citroën, pero muy amortiguado por la carrocería.

Una vez el propulsor en funcionamiento, para poner el vehículo en movimiento se llevan las dos palancas hacia adelante. En el extremo superior de la derecha, una pequeña palanca- como las de bicicletas- realiza la función de acelerador. Como que previamente hemos puesto una velocidad con la palanca de cambios, situada al lado derecho del conductor (cuatro marchas adelante y una hacia atrás con el esquema de manejo del Citroën), llevando las palancas hacia adelante y acelerando ya estaremos moviéndonos. Una vez más, el acierto de emplear un motor Citroën se pone de manifiesto, ya que va dotado de embrague centrífugo.

Dejando las palancas libres, éstas vuelven a su posición de reposo y las ruedas dejan de recibir tracción. Para frenar se tira de las dos palancas hacia atrás, y los potentes frenos de disco detienen enérgicamente al Gato. Para efectuar los giros, todo consiste en dar tracción a las ruedas de la derecha o de la izquierda, y si se quiere acentuar la maniobra se puede frenar el otro lado, con lo que el coche describe un círculo de centro quedando las ruedas inmovilizadas.

Todo es posible

La verdad es que al cabo de cinco minutos ya tenía por la mano al Gato. Es tal su sencillez de empleo que maravilla a quien lo conduce por primera vez. La única dificultad con que topa el principiante es la de cambiar de marcha en pleno movimiento, ya que se han de dejar las palancas en posición de reposo, con lo que el impulso del vehículo se pierde. Por fortuna, el motor Citroën está dispuesto a dar par a un régimen muy bajo, con lo que el «novato» va cogiendo práctica y rápidamente se habitúa a efectuar las operaciones con rapidez y precisión.
Al ir en posición tan adelantada y con las irregularidades del terreno, las primeras impresiones son de que vamos a dar de bruces en el suelo, pero a pesar de ello, la mano derecha va apretando cada vez más la palanquita aceleradora. En cuarta y a plenos gases, sobre un terreno bacheado, como un campo de cultivo o una playa, la sensación de velocidad y de emoción nos hacen olvidar que apenas pasamos de los 60 km/h. Tímidamente hago virajes de gran radio para, progresivamente, pasar a curvas cada vez más y más cerradas..., hasta que me recomiendan no forzar demasiado, porque aunque nadie ha conseguido volcar nunca, no quisieran que los de AUTOPISTA lo hiciesen por primera vez.


No dudo en afirmar que la cualidad que más me ha impresionado del Gato es la posibilidad que tiene de ser conducido con extremada precisión. Subiendo un fuerte desnivel se pueden hacer pasar las ruedas por el lugar que se cree más idóneo, se puede girar en plena ladera, dejarse resbalar un poco hacia abajo, evitar el pedrusco gordo que escondían aquellos matorrales... y de golpe acelerar a fondo para realizar el último tramo de la subida volando...

Lo curioso de todo es que al cabo de unas horas de rodar por terrenos impracticables, sigo teniendo los riñones en plena forma. La ausencia de suspensión se ve formidablemente compensada por la flexibilidad de los neumáticos.

En este recorrido en busca de la dificultad a que estoy sometiendo al rojo Gato llega el momento de las aguas pantanosas, de los barrizales. Aquí el vehículo lo que hace es... flotar y navegar impulsado por sus ruedas, hasta que encuentra terreno favorable sobre el que asentarse y reconvertirse en coche terrestre. Mi poca experiencia me hizo en seguida aprender que sobre aguas cenagosa o sobre las más claras no es conveniente acelerar a fondo, excepto... si hay espectadores y se les quiere deleitar con una cortina de agua. Su tracción total a las seis ruedas me demostró claramente sus posibilidades al salir de una de estas balsas y atacar frontalmente una duna. Aun cuando las ruedas traseras todavía estaban flotando, las delanteras se aferraban con firmeza a la arena, para iniciar la escalada. Instantes después, las segundas colaboraban en la operación y las terceras y traseras empezaban a «hacer fondo», y mientras, el autor de estas líneas mirando preocupado cómo la parte trasera de la «bañera» apenas sobresalía sobre el nivel del agua. Aquí se ponía de manifiesto el porqué de la forma de la parte superior de la carrocería, cumpliendo la misión de mantener alejada el agua del borde del «casco».

Empezaba estas líneas hablando de mi aventura marinera y, por tanto, no quiero cansarles más con ella, porque ya saben ustedes que el Gato es también embarcación. No es su mejor empleo el de hacerlo marchar sobre el mar, pero a mí me demostró claramente que puede atravesar la corriente de un río o la superficie de un lago sin ningún tipo de problema.

Como todas las cosas de la vida, el Gato también tiene sus «pegas». Para mí, la más importante es su escasa altura libre sobre el suelo, que obliga a poner mucha atención en el camino que se hace seguir al vehículo. Se deben evitar las piedras grandes, o bien hacer pasar las ruedas directamente sobre ellas. De lo contrario, el fondo toca con ellas, y si no se deteriora, porque es extremadamente fuerte y resistente, sí impide el avance. Si el motor y los ocupantes fuesen en posición más elevada, o las ruedas tuviesen mayor diámetro, el centro de gravedad no estaría en posición tan baja y, sin duda, en laderas, el equilibrio en posiciones comprometidas sería precario. Los ángulos de inclinación a que se puede llevar al Gato Montés estamos seguros que no están al alcance de ningún todo-terreno, pero, en cambio, la altura libre sobre el suelo de estos últimos es mayor. Como he dicho tantas veces: la técnica siempre es un compromiso entre diversos factores.

Otro pequeño detalle que se podría mejorar es el aislamiento térmico del asiento -se encuentra sobre el motor-, con lo que las posaderas de los ocupantes quedarían agradecidas.

Sensaciones fuertes

El Gato Montés es un cochecito para todos aquellos que gustan de las sensaciones fuertes, pero es también indispensable para todos los que gustan de hacer largas excursiones y expediciones en la Naturaleza, para los cazadores... Sin olvidar las grandes aplicaciones que puede llegar a tener para las cuadrillas de mantenimiento de las compañías de electricidad, para los guardas forestales, para equipos de salvamento de alta montaña, para las estaciones de esquí... Sus reducidas dimensiones y sus posibilidades le confieren grandes ventajas.

Para mí, aparte de todo, lo recordaré como un vehículo de los que cuesta desprenderse una vez finalizado el ensayo.
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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptySáb Feb 07, 2009 5:55 pm

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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptySáb Feb 07, 2009 5:57 pm

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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptySáb Feb 07, 2009 5:57 pm

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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptyLun Feb 09, 2009 3:34 pm

Trolo, me hiciste pasar un buen rato con este articulo, me trasladó como tunel del tiempo, a unos dias donde estas cosas formaron y fomentaron mi afición, para los bichos raros, suerte que estas tú para recordarmelo, y de paso fomentar la afición para el foro.
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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptyLun Feb 09, 2009 10:24 pm

La verdad que es un bicho realmente curioso, y su nombre muy explícito, jejeje. Saludos Trolo.... A mejorarse Jaime Gato montés 1971 110970
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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptyLun Feb 09, 2009 10:58 pm

Gracias por vuestros coomentarios. Lo encontre de pura casualidad.
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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptyJue Feb 12, 2009 7:35 pm

unos videos del gato montes

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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptyJue Feb 12, 2009 7:36 pm

y ahora en el agua

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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptyJue Feb 12, 2009 7:36 pm

otro video
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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptyVie Feb 13, 2009 7:56 pm

que bicho tan curioso
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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptySáb Feb 14, 2009 2:43 am

si que lo es si, quien tenga uno lo deberá conservar en una caja fuerte. Es una pieza de museo.
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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptySáb Feb 14, 2009 8:09 pm

Que gozada ver esos videos, vaya pieza arqueológica casi!!!!
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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptyMiér Nov 10, 2010 2:40 pm

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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptyMiér Nov 10, 2010 2:40 pm

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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptyMiér Nov 10, 2010 2:41 pm

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MensajeTema: Re: Gato montés 1971 Gato montés 1971 EmptyJue Nov 11, 2010 10:41 am

Catalogo español de este vehiculo patrio,. Bien Jefe, bien, siempre buena informacion
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