El Python es el más atractivo (y el más costoso). Es un vistoso auto deportivo convertible, y usa un motor de Corvette, por lo que en las calles tiene un muy buen rendimiento. Acelera de 0 a 100 Km/h en 4,5 segundos, y alcanza una velocidad máxima de 200 km/h. Pero navegando no se queda atrás. Puedes llegar rodando hasta la playa y seguir directo hacia el agua. Allí, mediante un botón se retraen las ruedas y con otro botón se activa el jet propulsor, que lo convierte en una lancha capaz de alcanzar los 100 km/h, colocándose a la par de los botes deportivos convencionales.